En el día a día, nuestra mente parece más un mar «con bandera roja» que un pacífico estanque… Si te digo que en tu interior reside una infinita paz con la que puedes conectar si te lo propones, probablemente te preguntarás al instante dónde puede estar… ¡Es normal! Entre tanta agitación mental, ¿quién podría pensar que existe paz alguna?

Sin embargo, recuerda que el mundo físico y el mental están hechos de dualidades. Si existe la noche es porque existe el día, y viceversa. Aplicando la misma lógica, si existe la agitación en tu mente, tienes una prueba inequívoca de que existe la paz interior. Al igual que necesitas al sonido para definir el silencio, algo análogo se aplica aquí…

Entonces, si esa paz existe, ¿dónde se encuentra? Precisamente, donde no se encuentra el ruido mental… Entre dos pensamientos consecutivos existe un «espacio». Allí reside esa paz interior. Precisamente tus pensamientos emergen de esa especie de vacío que somos incapaces de definir. Es allí, en ese espacio de silencio, donde reside el verdadero pensador de tus pensamientos (que no es tu cerebro).

Las vacaciones de verano (momento en el que escribo esta entrada) son un tiempo ideal para encontrarse con una mente un poco más relajada, facilitándote las cosas para que puedas experimentar ese silencio. Además, es un tiempo que invita particularmente a la lectura. Por ello, te invito a leer un breve artículo que publiqué sobre este tema tan apasionante en la revista Psicología Práctica, Allí encontrarás algunos consejos prácticos que te invito a tener en cuenta.

Como podrás apreciar, conectar con tu silencio interior no significa desconectar de la vida cotidiana y huir a un espacio mental. ¡Nada más lejos! Se puede vivir el día a día sin perder el contacto con tu paz interior. Cuando se logra, disfrutamos mucho más y en mayor intensidad de todo lo que hacemos.

Para llevar lo aprendido mucho más lejos te recomiendo la lectura de El arte de ser y estar.

¡Que este verano sea una ocasión para reforzar el contacto con tu silencio interior y que lo lleves contigo todo el año! ¡Feliz verano!