No creo que nadie tenga duda de que la envidia es muy mala. No en vano, es causante de grandes males para la humanidad desde los albores de la misma… En la literatura y el arte se la ha representado de forma horrorosa. Las páginas de la historia recogen infinidad de testimonios de grandes personajes que han definido a la envidia como algo peor que malo…

Pero, ¿qué podemos hacer para luchar contra la envidia? Para empezar, debemos considerar que son dos frentes los que debemos abordar. En primer lugar, tenemos la envidia que nosotros mismos experimentamos, y que nos conduce a hacernos daño a nosotros mismos y a quienes nos rodean. Por otro lado, es muy importante saber lidiar con la envidia ajena, es decir, con las acciones de los envidiosos que nos rodean.

No se debe subestimar esta última parte, ya que cuando alguien hace algo bien, muestra talento, tener futuro, etc., los envidiosos aparecen por todas partes y se manifiestan en voz alta. Si esto te ocurre, aplica la actitud mental positiva, y recuerda que si tienes tantos envidiosos alrededor es porque estás haciendo algo extraordinario, y tómalo como una señal de que debes estar haciéndolo muy bien. Si lo que hicieras fuera mediocre, no tendrías a tanto envidioso alrededor. Aparte de esto, es necesario lidiar correctamente con la envidia que van a proyectarte, y ahí el mindfulness tiene mucho que aportarte.

En el episodio 11 del video curso gratuito «Actualízate» te explico dos herramientas prácticas para pasar a la práctica.

A través de este breve artículo práctico, te invito a conocer con claridad qué es la envidia, y comparto contigo algunos consejos y herramientas adicionales para lidiar con ella. Es una tarea a la que todos los seres humanos nos enfrentamos, y detrás de ella se encuentra un conocido nuestro: el ego. Si te identificas con él, poco progresaremos… Sin embargo, si eres consciente de que está ahí, y aceptas el esfuerzo de no seguir sus consejos, entonces conectarás con la felicidad, y ayudarás a otras personas a hacerlo también.

¡DILE ADIÓS A LA ENVIDIA!