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¿Es malo tener ego? Aquí encontrarás las claves para hallar la respuesta

¿Hay una contradicción en la imagen porque aparece el pronombre «yo»? En realidad, no. Veamos la explicación.

 

La frase de la imagen no es arbitraria. Tampoco contiene una contradicción. Ha sido pensada antes de ser escrita. De hecho, es una frase con truco. ¡Es una especie de detector de egos! Si al leerla, en un primer impulso, te sientes en sintonía, significa que estás leyendo desde tu verdadero «yo». Entonces te darás cuenta de que la frase es correcta y te está invitando a algo que merece la pena. Esa es la lectura desde el corazón, y es la vía correcta.

 

Sin embargo, es posible que tu primer impulso sea rechazar la frase, y buscar algún argumento para ello. Esa es la lectura desde la mente y, desde luego, nunca es la vía correcta en lo que al crecimiento espiritual se refiere. Al leer la frase con la razón, y con la intención de contradecirla, ya se puede ver bien claro quien anda detrás: el ego, que no puede permitir que avances espiritualmente (como propone la frase). Entonces, usando la razón, es fácil agarrarse a un argumento que parece obvio: en esa frase aparece el pronombre «yo», que es equivalente al ego. Por tanto, ¡hay una contradicción en la frase!  Se habla de un mundo sin ego, pero se habla desde el «yo», es decir, en nombre del ego.

 

Pero, ¿existe realmente esa contradicción? ¡Claro que no! Por eso te decía que esa frase servía para cazar al ego. Quien cree que la frase es contradictoria, está pensando desde el ego, de forma inexorable. Y, de hecho, es fácil explicarlo usando la razón. En esta frase, el pronombre «yo» no se refiere al ego, es decir, al falso yo creado por la mente. ¿Cómo iba a querer tu ego destruirse a sí mismo? ¡Es absurdo! ¡El ego no quiere suicidarse! Por tanto, en esa frase, «yo» no puede equivaler al ego de ninguna forma. En realidad, se refiere al verdadero yo, a tu esencial real.

 

Si lees la frase desde el corazón, lo entiendes así desde el primer momento. Si lees la frase a través de los «ojos» del ego, verás una contradicción. ¿Ves cómo esa frase ayuda a detectar a tu oponente interior? Si has tropezado con la trampa del ego que encierra esta frase, no hay nada de malo en ello: te acabas de dar cuenta de tu propio ego en plena acción, y esa consciencia es el primer paso para trascender más allá de su nivel. En ese aspecto (darse cuenta del ego), la práctica del mindfulness aporta una herramienta con un potencial enorme.

 

Resultado de imagen de ego

 

En todo caso, cabe preguntarse lo siguiente: ¿hay algo de malo en tener ego? ¡Desde luego que no! De hecho, si no lo tuvieras, no serías humano. El progreso espiritual no tiene que ver con eliminar al ego. Tiene que ver con ascender a niveles de consciencia más elevados, a los que el ego no puede llegar, y por tanto, lo tiene más difícil para controlarte. Si el mundo está como está, es debido al efecto del ego. Pero no es el ego quien crea sufrimiento, guerras, etc. Son los seres humanos quienes lo hacen. Cuando una persona escucha la voz del ego y decide hacerle caso, se convierte en un agente trabajando para él, dispuesto a crear destrucción movido por sus instrucciones.

 

Para que el sufrimiento desaparezca un día de este mundo, es necesario que los seres humanos dejen de obedecer al ego. Eso requiere de una elevación de consciencia de la que todavía estamos lejos, pero a la que podemos llegar si nos proponemos. ¡Es por ello que te propongo mantener en mente esa visión, esa utopía de un mundo sin ego!

 

Así que, resumiendo, no hay nada de malo en tener ego. Es completamente normal. Lo que sí es malo es dejar que el ego nos controle…

 

comentarios (2)

  1. osvaldo hernandez fuentes

    20 Oct 2016 - 9:13 pm

    Gracias por su generoso aporte. atte osvaldo german

    • Félix Torán

      28 Oct 2016 - 11:26 am

      Gracias a ti Osvaldo. Un abrazo!

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