¿Tienes la sensación de que tus esfuerzos no te llevan hacia ninguna parte? ¿Tardas mucho en alcanzar lo que deseas? ¿Te cuesta fijar objetivos? ¿Cuando te planteas una meta no estás seguro de que sea correcta? ¿A veces tienes la sensación de estar desorientad@? ¿Sientes que tu vida no tiene rumbo? Si has respondido afirmativamente a alguna de estas preguntas (y aclaro que se podrían plantear muchas más), tener una visión bien planteada y vivir en armonía con ella podría ser la solución.

Una visión aporta un rumbo a tu vida. Se trata de un sueño a largo plazo. Ese sueño de futuro te aporta esperanza y seguridad en el presente. Todos los seres humanos necesitamos saber que nuestros pasos nos llevan hacia algo concreto. Al menos, necesitamos saber que avanzamos en una dirección concreta. Si no es así, más pronto que tarde, nos sentiremos desorientados.

Una persona sin una clara visión personal puede tener una larga racha de éxitos, y llegar a pensar que es un triunfador (con toda razón, puesto que ha cosechado éxitos). Pero un día echará la vista atrás y se dará cuenta de que ha ido de éxito en éxito, pero siguiendo un rumbo parecido al de un barco a la deriva. Y eso frustra, y mucho… Crea un sentimiento de desorientación en la vida muy doloroso. Esa persona se da cuenta de que esos éxitos que parecían ser felicidad no eran más que satisfacciones transitorias, y ahora, desde lejos, lo ve más claro. Esto lo podría evitar con una visión personal, y viviendo en armonía con ella. En ese caso, nuestros éxitos siguen un rumbo definido. Nos ayudan a avanzar en una dirección determinada, y eso proporciona seguridad en cada paso. Además, cuando miramos atrás y vemos los éxitos conseguidos, nos damos cuenta de que son duraderos, ya que están contribuyendo a un plan mayor, gracias a nuestra visión.

Los beneficios de tener clara tu visión personal son muchos más. Por citar un ejemplo, te ayudará a fijar objetivos con mayor facilidad y a encaminarlos  correctamente (precisamente porque tendrás un camino de referencia). Y si lo unes a una misión personal, todavía lo tendrás mejor. Además, junto con tu misión personal y tus valores, te proporcionará un marco de referencia para tomar decisiones en la vida con mayor seguridad y confianza.

Pero… ¿cómo se hace para encontrar nuestra visión personal y vivir en armonía con ella? De hecho, no se trata de encontrarla, sino de crearla. De hecho, como su propio nombre indica, ¡se trata de verla! Pero no con nuestros ojos físicos, sino con los ojos de la mente… Para ayudarte a comprenderlo mejor y pasar a la práctica, te invito a leer este artículo breve y práctico, donde te explico cómo hacerlo.

En el libro Ecología Mental Para Dummies encontrarás varios capítulos dedicados a comprender la misión y la visión, y a pasar a la práctica para definirlas.

¡¡GRACIAS POR PONER RUMBO A TU VIDA!!