¿Qué hacer para ser feliz? Desde luego, no te voy a decir que sea fácil. Pero sí que es posible responder a la cuestión de forma general. En este artículo te lo explico mejor.

En 2012 me entrevistaron para la contraportada del diario La Vanguardia («La contra»), que más tarde (en 2014) se volvió a publicar. Personalmente, quedé muy contento con el resultado. También gratamente impresionado por la capacidad de la periodista Ima Sanchís (quien me entrevistó) para condensar la esencia de todo lo que hablamos (durante más de una hora) en el breve espacio que permite la entrevista impresa.

Aquella contra la titularon «Para ser feliz basta con dejar de ser no-feliz». El título también me encantó, aunque personalmente no me terminó de convencer la elección que hicieron de la palabra «basta», ya que puede dar lugar a malentendidos. Pero eso te lo explico más adelante… Primero desearía invitarte a leer la entrevista:

Ahora ya puedo explicarte mejor el asunto del título,  aprovechándolo como «gancho» para hablar sobre la felicidad. En primer lugar, decir «basta» se puede entender como «fácil», y como podrás ver en el título de este artículo, en todo el contenido de esta web, y en todos mis libros, precisamente siempre digo lo contrario… Ser feliz es posible, pero eso no quiere decir que sea sencillo. Como todo en esta vida, nada es fácil ni difícil: todo cuesta un esfuerzo, y la verdadera cuestión es si estás dispuesto a hacerlo.

Por otro lado, la palabra «basta» puede dar a entender que dejar de ser no-feliz es suficiente para conectar con la felicidad, lo cual no es cierto. Es necesario, pero no es suficiente… Para ser feliz, hay que trabajar con dos caras de una misma moneda:

• Conectar con la felicidad.
• Dejar de ser no-feliz.

La primera de esas «caras» consiste en conectar con la felicidad que existe dentro de nosotros, y que siempre está allí, aunque a veces perdamos esa conexión. Para lograrlo, es necesario mirar tanto hacia dentro como hacia fuera. Para mirar hacia dentro es necesaria una herramienta de instrospección: la meditación. Pero no debemos olvidar que la felicidad no solo se encuentra en el interior, sino en todo lo que nos rodea… ¡En el universo entero! Por ello, es igualmente necesario desarrollar nuestra conexión con los demás, desarrollando cualidades elevadas como: amor universal, generosidad, agradecimiento, alegría empática (gran remedio contra la envidia), servicio, compasión, ecuanimidad, etc. Conforme progresamos en esa dirección, terminamos por darnos cuenta de que no hay diferencia real entre interior y exterior… Empezamos a ver muy claro que no podemos hacer daño a otra persona sin hacernos daño, y que no podemos ser felices sin hacer felices a otras personas…

En cuanto a la segunda cara, lamentablemente, nuestra mente está llena de hábitos de no-felicidad, cada cual con los suyos. Cuestan mucho de instalar, ¡pero nos los hemos ido ganando a pulso! Al final, terminan por funcionar en «piloto automático». Entre ellos: actitud mental negativa, crítica destructiva, emociones tóxicas, creencias limitantes, etc. Es muy importante trabajar esa parte, ya que nosotros mismos nos ponemos la zancadilla al cultivar esos patrones mentales intoxicantes. Se trata de mala hierba mental o resistencias interiores que es necesario eliminar.

Para profundizar y pasar a la práctica, te recomiendo la lectura de Ecología Mental Para Dummies (Grupo Planeta, 2014) donde puedes encontrar más detalles, explicaciones claras y herramientas prácticas que te guiarán en ese proceso de reconectar con la felicidad (que ya existe en tu interior). Por un lado, aprenderás a poner en práctica la higiene mental, que te ayudará a eliminar esa mala hierba mental, y cultivar semillas positivas. Además, aprenderás a cultivar esas cualidades de conexión con los demás de las que hablaba más arriba. También aprenderás a meditar, desarrollando la concentración y el mindfulness.

¡Que la felicidad inunde todos los aspectos de tu vida, en tu interior, y a tu alrededor!