Miedo al fracaso
Blog

Miedo al fracaso

 

Analizar el miedo al fracaso nos lleva a curiosas conclusiones. La principal es que no vale la pena temer al fracaso. En realidad significa tener miedo de uno mismo.

Basándonos en la ley universal de causa y efecto, podemos concluir que cualquier acción que emprendamos – incluso un pensamiento – desemboca en un resultado, de un tipo u otro, palpable en mayor o menor grado, pero sin ninguna duda, hay un resultado. Al obtener el resultado, analizamos lo obtenido, lo juzgamos, y finalmente somos capaces de ponerle la etiqueta de éxito o fracaso. Además, nos otorgamos un premio o castigo a través de pensamientos y emociones. Y es ahí donde reside el problema.

A menudo, la etiqueta que ponemos tras juzgar el resultado no es siquiera correcta. Como decía Napoleon Hill, detrás de cada fracaso se esconde la semilla de un éxito de igual o mayor magnitud. Muchas veces hemos dado con un verdadero éxito, o con la semilla del mismo, pero al ver que no hemos alcanzado el resultado que perseguíamos originalmente, le asignamos la etiqueta de fracaso y a continuación nos imponemos el correspondiente castigo, que a menudo se prolonga durante un tiempo considerable, y muchas veces llega a instalar falsas creencias en nuestras mentes, que desembocan en un impacto muy negativo de cara a nuestro futuro. Un juicio de fracaso incorrecto puede llegar a marcarnos de por vida y actuar como una auténtica resistencia que repele al éxito de forma continuada.

La realidad es que el éxito o el fracaso no son función del resultado que obtengamos. No tiene nada que ver todo aquello que es externo a nosotros. El éxito o fracaso no viene de fuera: todo está dentro de usted.

La etiqueta de éxito o fracaso la ponemos nosotros mismos. Se trata de nuestra propia evaluación. Es nuestra responsabilidad, nos guste o no.

Todo lo anterior nos lleva a una conclusión muy relevante: tener miedo a fracasar significa tener miedo al juicio que vamos a hacer sobre los resultados que obtengamos (pues resultados siempre habrán). Y ahí no termina todo… También significa tener miedo al castigo que nosotros nos vamos a imponer en caso de que la conclusión de nuestro juicio sea «fracaso» en lugar de «éxito».

Concluyendo más aún, lo anterior significa que tener miedo al fracaso es tenerse miedo a usted mismo…

Sea consciente de ello. No tema a su propio juicio ni a su propio castigo. Utilice siempre, en todo lo que haga, una actitud mental positiva. Piense que todo lo que haga tendrá siempre un resultado. Y si parte de esa base, sabrá en todo momento que, obtenga lo que obtenga, siempre verá en ello las semillas de un éxito. Por tanto, no será nunca necesario hacer ningún juicio sobre los resultados. Ya no existirá la opción de auto castigarse. Y por tanto no deberá nunca tener miedo al fracaso. No tendrá miedo a usted mismo.

 

Deja un comentario