Quienes siguen mis publicaciones desde hace años saben que soy amigo del acercamiento sensato entre ciencia y espiritualidad. Por otro lado, también saben que no soy partidario de mezclar ambos dominios, pues lo más probable (si no seguro) es caer en la falsa ciencia, o quizá en la falsa espiritualidad. No se trata en absoluto de dos «mundos» que haya que combinar. Se trata de dos partes complementarias para llegar al conocimiento y la realización de la verdad. Deberían converger en esa dirección, la de complementarse armoniosamente, y estoy completamente convencido de que es posible. De hecho, no son pocos los hombres de ciencia y los espiritualistas en el mundo que realizan esfuerzos en esa dirección.

Mi postura, ante todo, es la de no mezclar. No se pueden demostrar científicamente realidades que se encuentran más allá de los límites de la ciencia. Eso es obvio y se explica por sí mismo. Por otro lado, tampoco se deben fabricar argumentos pseudocientíficos para hacer más creíbles dichas realidades. De igual forma, no ayuda en nada reducir toda la verdad del universo a los límites de la ciencia, puesto que estaríamos despreciando toda una realidad que no es material, pero que sin duda, existe. Cada cosa lo suyo: la ciencia estudia el mundo material mediante su método. Por otro lado, se puede acceder a los planos espirituales mediante la vía de la experiencia directa. Y ambos caminos son complementarios, y si suman, dan lugar a un conocimiento y una sabiduría mayor de la que la ciencia o la espiritualidad pueden aportar en solitario.

Sobre el acercamiento entre ciencia y espiritualidad y la delicada línea que los separa hablé con Griselda Killian en su programa de radio «Actitud Positiva», que se emite desde Argentina. Lo comparto contigo a continuación, deseando que te resulte inspirador:

  ESCUCHA LA ENTREVISTA AHORA