Todos creemos saber lo que significa ser feliz y tener éxito. Al menos tenemos una noción al respecto. Sin embargo, es muy común tener un concepto incompleto al respecto. Voy a intentar aportar algo de claridad  en las siguientes líneas, deseando que te resulte inspirador.

El éxito no es otra cosa que alcanzar aquello que nos proponemos. Es algo que se puede alcanzar, e incluso podemos medir nuestro progreso si seguimos un correcto proceso de fijación de objetivos y metas eficaces. Así que se trata de algo que se puede gestionar.

La felicidad es algo que no se puede definir con palabras. Es un estado de no-dualidad en el que estamos en conexión con todo, y completamente fundidos con el único instante que existe: el presente. Tan pronto como la mente racional entra en juego e intenta analizar lo que sucede, dicho estado se rompe. Las palabras y los conceptos, por tanto, solo pueden dar una aproximación a la felicidad. Pero la única forma de conocerla es mediante la experiencia directa. En cuanto la intentamos explicar, tan solo damos meras aproximaciones.

Suelo poner el ejemplo de un vino. Con una analítica podemos dar información muy precisa y científica. Si vamos un poco más lejos, podemos escribir auténtica poesía sobre el aroma, el sabor, etc. Esto último te aproxima a lo que puede ser disfrutar de ese vino.  Pero nada se puede equiparar a la experiencia directa de saborear ese vino. Lo mismo ocurre con la felicidad.

Puedes comprobar que, efectivamente, es así. Y para ello basta que recuerdes la cantidad de definiciones que habrás leído y escuchado sobre lo que significa ser feliz. Los más ilustres personajes de la historia han tenido todos la suya. Seguramente tú tendrás la tuya propia  ¡Y la mayoría son distintas! Todas esas definiciones suelen contener parte de la verdad, pero (por las razones arriba expuestas) no pueden contenerla toda… Aquí comparto una de esas definiciones, que brilla por su sentido del humor:

Al contrario de los éxitos, la felicidad no se puede alcanzar. ¿Cómo se va a poder alcanzar algo que ya tienes dentro de ti, en cada instante, en el presente? Lo que ocurre es que hemos perdido la conexión con la felicidad. Eso sí se puede alcanzar: reconectar con la felicidad que ya tienes dentro.

También solemos confundir la felicidad con el bienestar, lo cual supone un error. El bienestar es un estado. Se puede alcanzar también, y puede cambiar de un momento a otro (de otro modo no sería un estado). Significa lo que dice el propio término: estar bien. Experimentar sensaciones agradables y un estado libre de preocupaciones. Podríamos decir que el bienestar es una de las caras visibles de la felicidad (pero no es lo mismo que la felicidad).

Quisiera concluir con unos mensajes en los que suelo insistir:

• El éxito a corto plazo te dará satisfacción, pero eso no es lo que buscas realmente… Ese éxito puede venir sin hacer nada (por ejemplo, te toca la lotería). Y seguramente te proporcionará bienestar, pero no va a durar para siempre…
• El verdadero éxito es el duradero. Ese nunca vendrá sin hacer nada. Hay que trabajárselo día a día. Sin causas no hay efectos (como mucho, defectos). Si no siembras no recogerás. Ese éxito sí que produce satisfacciones, y tendrás todo el derecho a disfrutarlas porque te las habrás ganado y serás merecedor de ellas.
• La verdadera felicidad no existe ni a corto ni a largo plazo. La felicidad no tiene que ver con duraciones. Solo existe en un instante: ahora.

Te invito a ver este video donde te cuento en mayor detalle las diferencias entre éxito, bienestar y felicidad:

Además, en el libro El arte de ser y estar podrás aprender mucho más sobre este importante tema, en mayor detalle: